11 de abril de 2007

Los X-Men de Carey: Sí, más de lo mismo


A falta de unos pocos meses para que Panini comience a publicar la nueva etapa de X-Men de Mike Carey, un "amigo" me ha prestado su primera saga en EUA y he aprovechado estas minivacacions de Semana Santa para leerla y así hacerme una idea de por dónde van a ir los tiros. Tranquilos, NO pondré SPOILERS.

En cualquier caso, lo mejor es no llevarse a engaño. Los lectores veteranos ya conocemos de sobra los relanzamientos mutantes: Nuevos autores, nuevos equipos, nuevos uniformes y, en el fondo, lo mismo de siempre.

El cuentacuentos
Como ya he comentado, el elegido para guíar el camino de estos nuevos X-Men ha sido Mike Carey, un autor a priori prometedor por su buena reputación como guionista habitual de Vértigo. Por desgracia, ésto no constituye ninguna garantía, ya que autores excelentes como Peter Milligan o Steven Seagle han llevado a cabo en sus respectivas etapas unos trabajos decepcionantes. Tan sólo Grant Morrison demostró estar a la altura, pero pocos pueden disponer de la libertad creativa con la que contó él.

Los dibujines
El dibujo de esta nueva etapa corre a cargo de todo un clásico de los mutantes, Chris Bachalo (quien, por cierto, inició su carrera también en Vértigo). Supongo que Marvel le dio el toque para que "revisara" su estilo y en estos números está de lo más clarito que le hemos visto en años. Para hacerse una idea, su acabado no se aleja mucho del que hemos visto en el número de la Patrulla-X que ha publicado Panini este mismo mes: Un poco "grueso", probablemente apresurado, lo que explicaría la batería de entintadores que le acompañan últimamente.

Eso que llaman argumento
Da la impresión de que Carey se ha servido de su primera saga para constituír su nuevo grupito de mutantes, descuidando un poco el argumento general. Seis números sólo para éso resultan sin duda excesivos, pero también es la norma en el panorama actual. El desarrollo tampoco es muy original: Sin contar mucho, digamos que ha cogido una pizquita de los NEO de Claremont, bien batida con algunos conceptos puntuales de Morrison y servido dentro de la continuidad actual para hilvanar una historia bastante sencillita.

Los mutantitos
Como viene siendo habitual con esta cabecera, a Carey le toca bailar con la más fea, es decir, con los remanentes de Uncanny y Astonishing X-Men, pero el autor ha intentado solventar el problema montándose un equipo compuesto por ex-villanos, héroes de discutible moral o directamente villanos reconvertidos.

Para empezar, tenemos a Pícara liderando el equipo. Es algo que no le funcionó bien a Claremont en su momento, pero parece que Carey tiene claro cómo manejar al personaje, convirtiendo su impulsividad en el leit motiv del nuevo equipo.

Como secundarios tradicionales están El hombre de hielo y Bala de Cañón, lo que no resulta muy halagüeño ya que ninguno de los dos ha dejado nunca demasiada huella.

Después tenemos a dos grandes villanos, Mística y Dientes de Sable, cuya interacción con el resto del equipo podría resultar interesante. De momento, el motivo para incluirlos en el equipo puede resultarle suficientemente justificado al propio Carey, pero bueno... cuando lo leáis ya me daréis vuestra opinión.

Más personajes: Lady Mente Maestra y una ex-centinela Omega de Bastión. Poco que comentar, sólo que Carey parte prácticamente de cero con ellas, aunque de partida no parecen ofrecer mucho interés. Su inclusión en el equipo es, en este caso, totalmente forzada.

¡Ah, sí!, y me dejo a Cable, que... bueno, pasaba por allí.

En definitiva...
Es un hecho que, salvo contadas excepciones, los equipos mutantes funcionan mejor cuanto más se parecen a la configuración clásica: Lobezno, Rondador, Coloso, Pícara, Kitty... y liderados por Tormenta o Cíclope.

Así que es fácil augurar que ésta será una de esas etapas que, pasado un tiempo, se olvidan rápidamente. Sólo cabe esperar que no se convierta directamente en un engendro como lo han sido las más recientes de Chuck Austen o Peter Milligan.


Y a disfrutar de Astonishing mientras tanto...