8 de abril de 2015

El hábito no hace a la monja, por suerte

Lo divertido de buscar documentación para tu proyecto es que te acabas encontrando cosas verdaderamente alucinantes. En concreto, estos días andaba detrás de un hábito de monja llamativo y lo que he me ha enseñado san Google ha superado mis expectativas más locas.
Tanto, que al final me he decantado por un velo bastante sencillo, pero no me puedo resistir a mostrar algunas de las joyitas halladas. Allá vamos...

Comenzamos por un modelo sencillo y refrescante, el velo Pay Pay:

Dentro de la sencillez (y comodidad), para las monjas más observadoras os presentamos el modelo Periscopio:

Empezamos con los modelos arriesgados. Aquí tenéis El día de la bestia:

Encantadora, ¿no? Aunque para llegar ahí habrá tenido que practicar con sor Papiroflexia:

Sin duda nuestro favorito ha sido el modelo Telefunken:

Las monjas siempre son un símbolo de pureza y pulcritud, como demuestra sor Tendedero:

Y si se pasan de puras, el éxtasis las puede elevar a los cielos como un Ala delta:

Pero aún se puede volar más alto, concretamente como un Cometa

Ojo hasta donde vuelas, que te puedes encontrar a... El octavo pasajero:

Y un poco más lejos aún (este es para frikis), tenemos el modelo Galactus:

Para el final nos hemos reservado a la monja más carnal. Con todos ustedes, sor Vagina:

Y con este yo creo que hemos puesto el listón demasiado alto, pero por si os habéis quedado con ganas de más, ahí van algunos modelitos de regalo...

Amén.